viernes, 18 de marzo de 2011

Un viaje especial

¡Hola a todos!

Ahora ha llegado mi hora y por fin, me toca a mí. :) Pasé mucho tiemo
pensando en el tema, compartir una experiencia verdaderamente inolvidable con vosotros. La verdad es que yo todavía no ha tenido la oportunidad de marcharme lejos y descubrir países mediterráneos, aunque estoy segura de que un día lindo de mi vida voy a viajar a nuestra querida España y hacer una foto en la que estoy posando en el centro de la Plaza Mayor, o quién sabe, tal vez haciendo el camino a Santiago de Compostela. :D
Pero ahora quiero contar un viaje que hicimos con mis ex-compañeros de clase, después del bachillerato. Nos apeteció mucho la idea de ir a Tokaj, una ciudad situada en el noreste de Hungría que forma parte del Patrimonio de la Humanidad. Había varios motivos por los que elegimos este lugar maravilloso para celebrar el final del bachillerato: por su belleza, por su ambiente, por su gente, por su vino famoso, entre otros. Fue un viaje bien organizado, aunque en cuanto a los programas, considerábamos importante la espontaneidad. Nos alojábamos en un apartamento que estaba cerca del río Tisza, ofreciendo una vista bellísima a la orilla. El primer día, llenos de energía y entusiasmo, decidimos pasear un poco por el centro de la ciudad, por la orilla del río, y luego, escalar el monte de la ciudad, lo que luego resultó una tarea un poco agobiante. Aunque al alcanzar el pico, el paisaje era un verdadero deleite para los ojos. :) Después, al volver al alojamiento, nos bañamos en el río al ponerse el sol.
El segundo día visitamos varias bodegas para saborear famosos vinos locales. Lo interesante era escuchar a diferentes personas sobre la historia de las tradiciones familiares que siguen guardando en cuanto a la elaboración del vino. Nos contaron profesionales cómo debemos saborear vinos según las normas. La gente local considera la técnica de la cata de vinos un arte, donde hay que tener en cuenta muchos aspectos:
el color, la transparencia, el brillo, o la intensidad del vino, por mencionar algunos. Pero fuera del análisis visual, hay que tener en cuenta los aromas que pueden ser florales, herbáceos, frutales, tostados y especiados. Aprendimos mucho de estas personas, que siempre eran muy acogedoras y estaban dispuestas a revelar sus técnicas desarrolladas durante muchos años para los visitantes.
Bueno, en resumen, pasamos unos días inolvidables en esta ciudad emblemática de nuestro país, así que mi opinión es que no debemos marcharnos lejos para encontrar lugares maravillosos porque lo importante es guardar la experiencia para siempre.

Betti :)

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