miércoles, 23 de febrero de 2011

Un viaje inolvidable!

Hola a todos! Os voy a contar de un campamento bastante especial para mí, el "campo de rana". esto es un campamento típicamente realizado en el instituto donde yo iba antes de la Uni.

Se puede saber de mí que a todos los viajes me tiene que acompaňar alguien de mi familia por mis dificultades de movimiento, pero al viaje mencionado arriba me fui sola. Este campamento tiene el motivo de ayudar a los estudiantes del primer aňo en la secundaria en acostumbrarse al ambiente de la escuela nueva, en conocer a los mayores estudiantes en poder empezar el aňo escolar en septiembre sin ansiedad.

Mi profesora me ofreció llevarme en coche porque ella y su marido no viajaron en tren como los otros. Es evidente que así era más cómodo. Pasamos una semana en Bükkszentkereszt. El campamento siempre es organizado allí. Al principio todos teníamos miedo, porque no conocíamos a nadie, ni el sistema del instituto y las reglas, pero los estudiantes mayores nos ayudaban mucho. Vivíamos en casitas de madera, las que fueron muy acogedoras. Es verdad que el tiempo no nos favorecía, porque casi toda la semana, estaba lloviendo, que les dificultaba a los organizadores realizar programas que se podía disfrutar, pero a pesar de todo esto, tuvimos programas estupendos. En toda la semana teníamos que hacer tareas muy graciosas para que podamos acomodarnos más fácilmente a un ambiente congeniado. Por ejemplo, teníamos que pintar camisetas, que representaban una rana, porque los estudiantes del primer aňo, se llaman ranas allí, no golondrinas. Después podíamos competir en diferentes programas de deporte o probar nuestro dedeo con hacer joyas. Todas las noches cantábamos en competiciones graciosas de karaoke. También teníamos que buscar chocolate en un plato de harinas.

A pesar de que hiciera mal tiempo, fuimos de excursiones inolvidables, para ver los monumentos de Bükkszentkereszt y también la famosa piedra que según la leyenda tiene fuerzas para curar a los enfermos. En el penúltimo día realizamos una caminata por el pueblo y teníamos que vencer diferentes obstáculos viendo un mapa.

La semana pasó volando, y sin darme cuenta sentaba de nuevo en el coche viajando en la carretera a Budapest. Me logró conseguir muchísimos amigos muy buenos y experiencias muy positivas, por eso este viaje fue verdaderamente inolvidable para mí.


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